Valentin Mascó
16/02/20 12:01 | Locales
El Vivero “Estación Verde”, sigue funcionando junto al CIC, en General Lagos. Como es sabido, el vivero funciona en buena parte en conjunto con la escuela, en proyectos sustentables, creando conciencia y aprendiendo a la vez, el valor del cultivo y del trabajo.
Valentín Mascó, a cargo del cuidado, del riego y del mantenimiento diario, comentó que sigue funcionando, y aprovechando el receso escolar, pensando en ideas y cosas para planificar a futuro, para toda la comunidad, incluido el Cottolengo Don Orione.
Con un frondoso fondo verde, y una prolífera huerta detrás, Valentín se expresó: “Intentamos buscar que todo sea sustentable, a diferencia de lo tradicional, que lleva insumos costosos y es dependiente de tóxicos. Aquí es todo natural, así que bueno, los resultados se pueden apreciar. Buscamos apostar a la biodiversidad, habiendo aquí adentro más de setenta tipos de plantas, y continuamente tenemos cosas para hacer. Lo renovable también nos renueva, y siempre hacemos todo procurando la limpieza de hábitat y la renovación de suelo”.
Todo se consume, y lo que se comercializa es muy poco. Lo que no se consume vuelve a la tierra y se replanta. No hay idea de puestos de venta todavía. No tiene un enfoque productivo o económico, sino que lo bueno está en que la gente se vaya contenta.
Valentin, aclara: “Podemos mirar los números, pero no es nuestro objetivo primario. Apuntamos a la gente, a su felicidad y a su conciencia. Queremos un consumo de proximidad, más saludable”.
En el vivero se cultiva mates, maíz en variedades diversas, rúcula, acelga (que vendrá para otoño), remolacha, tomates cherry, pickles, pimentón, morrón. Se intenta meter la mayor biodiversidad en un espacio reducido, por eso se ve siempre tupido y muy verde, sin distinguir bien lo que hay. El lugar ha quedado chico, y todo crece, pero además, con una variedad enorme de plantaciones. Luego, con el cambio de estación, muchas cosas desaparecerán y todo se renovará. Lo importante es el acompañamiento que se haga. Cada vez con una tierra más fértil, se va mejorando, sin ningún agrotóxico”.
Como todo trabajo, tiene una buena parte de responsabilidad, pero también incluye el disfrute y el placer. Mascó dijo que lo principal que se busca en cuanto a objetivos, es mejorar hábitos, costumbres, y prever los resultados, con algo que definitivamente tiene que empezar a cambiar.
Desde este lugar, se pretende aportar un buen grano de arena, para los desastres que está generando el cambio climático.
Finalmente lamentó que en las casas no se cultiven ya casi huertas sino que la gente está obligada a salir a comprar, desconociendo las condiciones de aquello por lo que paga. Por eso “tenemos un banco de semillas, para que se lleven aquellos que necesiten y quieran acercarse y conocer. Además, hacemos asistencia y asesoramiento de quien quiera tener una huerta, para que no tengan que salir a buscar verdura para comer, para que tengan algo a mano y puedan variar. Y así generar intercambio entre las familias, por material, y por la transmisión de un saber ancestral”. El tema es inagotable, y da mucho para hablar, pero el proyecto es más que interesante, es sano, es saludable, es para el futuro y para la preservación del bolsillo, y de la naturaleza.
Andres Vallasciani
