Fotografia - Franco Fuoco

Fotografia - Franco Fuoco

Franco Fuoco y su particular afición de contemplar y fotografiar aves urbanas

Exclusivo

20/08/20 13:12 | Zonales

Franco Fuoco es un genio que tiene una particular afición: Contemplar y fotografiar aves urbanas, cosa que realiza desde el balcón de su departamento del barrio República de la sexta, en Rosario. En una entrevista exclusiva, nos contó cómo surge esta magnífica idea: “En mi trabajo diario soy reportero gráfico, y cubro eventos deportivos para una agencia española. Yo vivo en un tercer piso, que da a la copa de los árboles de la arboleda pública, en unos predios hermosos de la calle Necochea. Siempre miraba los pájaros, pero no se me había ocurrido sacarle fotos, y comencé a hacerlo, para especializarme más en lo que hago como reportero gráfico. Descubrí, por ejemplo, que los Colibríes me servían especialmente como entrenamiento, porque ocupan el espacio mínimo que puede enfocar la cámara. Digamos que algo más chico no lo capta. Esa fue una de las primeras fotografías. Yo corría con la ventaja de mirarlas, porque me encantan, y les conozco todas las mañas, las monadas que hacen y sus hábitos”.

Esta pasión, que surge como entrenamiento para captar aves urbanas, se ha transformado hoy en una profesión más. Franco comentó que para el cuerpo humano, observar a las aves detenidamente es como hacer yoga: “Te calma, pone la mente en blanco, conecta lo auditivo y lo visual. Y muchas otras cosas. Yo soy reportero gráfico en una ciudad como Rosario, y muchas veces volvés a tu casa con una carga emocional muy dura, por las cosas que se ven y se viven. Al llegar, me doy esta terapia, que me ayuda mucho”.

Las fotografías son verdaderas obras de arte. Parece como si estuvieran sacadas en un perfecto estado de naturaleza, y sin embargo están en plena ciudad. Esto solo puede ser logrado por una mirada profesional atenta, sin duda: “Muchos vecinos me preguntan en dónde tomo esas imágenes, como para captar semejantes animales. Les digo que vivo en la ciudad, pero que las aves están ahí. Sólo hay que ponerles atención y mirar. Yo hago viaje para fotografiar aves, pero están siempre ahí, en todas las localidades aledañas. Hay que mirar con hambre, con ganas, y buscarlo. Hay muchos hoy que hacen estos seguimientos, y también van ubicando en qué lugar las ven, cuántas son, qué hacen. Pero no hace falta una gran cámara ni equipo para lograrlo. Ni siquiera hace falta cámara para disfrutarlo. Al igual que la astronomía, por ejemplo, en donde se pueden disfrutar de los espectáculos que brinda el cielo, con solo mirar” Franco es un talentoso y dedicado, pero además también es un privilegiado, porque puede disfrutar de su trabajo, saborearlo con pasión. El mismo reconoció que no es un genio, sino un privilegiado, porque trabaja de lo que quiere, con medianamente buen pasar económico, y disfruta de la compañía y de los que lo apoyan, así como los medios para los que trabaja. “El amor que recibo por mi trabajo es impagable”, sostuvo. “Muchos podrían hacerlo con los mismos privilegios que yo tengo”.

Las exposiciones de Franco Fuoco se expondrán virtualmente desde el viernes a las 19 Hs., a través de la página del Centro de Expresiones Contemporáneas de Rosario. Serán semanales, porque lo que se busca es darle más espacio a los artistas y talentos, de manera virtual. Una semana se expondrá, y luego a la semana siguiente otro. Todo esto es parte de un libro que él mismo está preparando, y que consiste en imágenes inéditas que están planteadas de otra manera que en las redes sociales: “Intento”, sostuvo, “que sea más que la foto de un ave. Que te devuelva algo de vos mismo, y que se genere una lectura que te permita repensarte a vos, más que al ave que está ahí”.

Franco Fuoco, un verdadero talento profesional, que dedica su vida a su trabajo, y al trabajo intelectual y artístico, pero fundamentalmente emocional: “Las aves fueron mi compañía permanente. Me sorprenden constantemente. Todos los días son distintos, y cambian estacionalmente su comportamiento, al igual que lo verde. Esto es bellísimo de ver, y creo que se puede aprender muchísimo de la naturaleza, si uno se enfoca y observa con detenimiento. Además, hace falta mucho la parte emocional. Elemental. La memoria emocional, porque así como uno se carga de emociones negativas cubriendo lamentablemente lo malo, también se emociona mucho al ver lo positivo, y lo bello que conmueve”.



Andrés Vallasciani

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