Lucas, apasionado lector itinerante
08/11/25 6:17 | Locales
En el corazón del monstruo, rodeado de miles de libros (podríamos calcular más de siete mil títulos), se encuentran Lucas de Liberando, un itinerante apasionado de los libros, eterno e infatigable lector. Los que conocen su ambicioso proyecto, también saben que mucho de este material es parte integral
—¿Cuánto hace que comenzó el proyecto de Libreando? Vamos a repasar, una vez nos contaste.
—Sí, el proyecto empieza en 2017. Sumando la temporada del año que viene, va a ser la temporada número 10. Es un proyecto que se extiende en el tiempo, ¿no? Buscás profundizarlo, ampliarlo, expandirlo.
—¿Cuál es tu idea con respecto a este proyecto a futuro?
—Bien, en el presente, por lo menos que sobreviva, porque estamos en un momento complejo. Entonces, ya con el solo hecho de que se pueda seguir feriando… Libreando justamente tiene eso: que habita espacios públicos. Acerca la lectura a los espacios públicos.
—Exactamente, es justamente la idea. O la promueve desde ahí. La idea es la promoción de la lectura, ¿no? Y hacerlo desde los espacios públicos.
Desde el espacio público. Que el libro invada la calle. Resumiendo un poco el concepto.
—¿Cuál es la reacción de la gente cuando te ve en la calle o en algún evento comunitario? Presente ahí con esta propuesta innovadora, ¿no?
—Sí. Lo que impacta, para bien, es que exista una porción del material que sea siempre sin cargo. La gente, tanto acá en la localidad de Lagos como en Rosario —que es donde empecé el proyecto—, se asombra de que ya esté la valijita ahí, a disposición de todos. Y bueno, meto un paréntesis: hablando con vos antes de empezar esta nota, decíamos lo importante que es para mí el concepto de lectura.
Charlábamos un poco de que venimos muy atravesados por la información. Estamos atormentados de información por las redes, por la tele, por la gente en general. Y el momento de lectura es despojarte, correrte de todo eso y hacer foco en una sola cosa.
Entonces ahí hay como una doble ganancia. Te estás nutriendo porque estás leyendo algo que te gusta… Y meto otro paréntesis dentro del paréntesis: hablábamos de Borges, de si está bueno o no dejar un libro si no nos gustó. Y está buenísimo.
Usemos el tiempo —el poquito tiempo que tenemos— para leer cosas que nos gusten. Entonces, si hay un libro que dejamos a la mitad, no sintamos culpa. Abramos otro material, busquemos. Contáctense con Libreando, por ahí algo aparece. Y usemos ese ratito que tenemos para leer y abstraernos un poco del ruido ajeno.
—De todos los libros que hay acá… bueno, has leído mucho, ¿no?
—Sí, una tercera parte más o menos. Calculo unos 2.500 o 3.000 libros.
—Le dedicás muchísimo tiempo a la lectura, ¿no?
—Bastante. Ahora estoy un poco enganchado con lo que es la huerta, pero si no, entre una y dos horas de lectura por día trato de darle. Y si es menos, no importa. Vuelvo a lo de antes: ponele que tenés media hora para leer.
Pero que esa media hora sea de muchísimo valor. De calidad. Que esa media hora, si podés, no veas el celu, no escuches música. Concentrarte en la lectura.
Hacés foco en eso. Porque también es una forma de limpiar la cabeza. Si agarrás el celular, prendiste el Spotify, estás escuchando música, charlando con alguien… volvemos a lo mismo: la distracción, el bombardeo mental.
Ponele que no tenés dos horas para leer. Tenés 20 minutos, media hora. Que esa media hora sea de tremenda calidad.
—Sí, hay que empezar a darle también un poco de prioridad al acto de leer.
—Exacto, exacto. Y tomo una palabra que dijiste: el acto de leer. Porque más que una actividad, es un acto. Y es un hacer que, por lo menos para mí, es sanador.
¿Por qué? Porque nos vuelve a nuestra naturaleza lineal de atender una cosa a la vez. Está bien, somos multidimensionales, podemos atender 3, 4, 5 cosas a la vez. Pero eso tiene un costo.
El costo es un desgaste cognitivo. Bueno: demonos un ratito por día para atender una sola cosa, y que sea la lectura. Y en lo posible, una lectura enriquecedora y que nos guste.
—Bien. Hay que empezar a asociar la lectura con el placer también, ¿no?
—Definitivamente. Que no sea algo obligatorio. No.
Y volvemos a Borges. En esa entrevista donde le preguntan si era un pecado dejar un libro por la mitad, él dice: “La lectura tiene que ser un acto de placer, un acto de amistad.” Y coincido al cien por ciento con el maestro. No puedo hacer una cosa para estar abriéndome.
Para eso ya está el trabajo, la vida. Entonces que el momento de lectura sea de pleno placer.
—Lucas, quienes quieran conocer más sobre el proyecto te encuentran en redes sociales, ¿no?
—Exacto. Por el momento, sí. El Instagram es libreando.libros, es un logo blanco y negro con una bicicleta.
—¿El proyecto también incluye canjes de libros? ¿Ventas?
—Mayormente es venta. Compro también. Y hago un paréntesis interesante: le doy mucha trascendencia al libro usado. Porque hay muchísimo material buenísimo, y por una cuestión un poco ecologista, ¿no? Hay editado muchísimo material riquísimo. Voy mucho por ese lado, por el libro usado. Hacemos canjes, vendo, y sin lugar a dudas siempre hay material sin cargo en todas las ferias donde me presento.
Notilagos









